Hace tiempo que llevo dándole vueltas al tema que trato en el post de hoy. La idea surgió hablando con una doctora estética sobre la obligación que nos imponemos las mujeres  a nosotras mismas de ser perfectas… ¿Os suena de algo?

Seamos sincer@s, a todas nos gusta hacer las cosas bien y, cómo no, vernos bien. El problema surge cuando con el «bien» no es suficiente y nos exigimos, o nos exigen, ser perfectas en todas y cada una de las facetas que abarcamos: mujer perfecta, madre perfecta, pareja perfecta, hija perfecta, trabajadora perfecta…

¿Y de quién es la culpa? En mi opinión, aunque la sociedad en la que vivimos no ayuda en absoluto en este punto (pensad en los anuncios televisivos que habéis visto últimamente en la tele y sabréis exactamente a qué me refiero), sí que creo firmemente que la culpa es nuestra, de las propias mujeres, por dejarnos llevar, manipular  y no gritar un «hasta aquí, ya basta».

A esto hay que añadir un par de matices que normalmente se nos olvidan: en primer lugar, una vida «perfecta» no es siempre una vida «feliz» y en segundo lugar, ¿quién define qué es exactamente un defecto?

Pensad otra cosa: hacer de la perfección tu forma de vida, que es claramente lo que pretenden muchas mujeres,  es súper frustrante además de ser motivo de infelicidad y de muchísimo estrés. Porque la perfección, queridas amigas, es un imposible. Como ya os comenté en otro de mis post,  en mi opinión, tener objetivos en la vida y querer mejorar y prosperar es bueno para tod@s, con lo que «ser perfeccionista «, en su justa medida, puede ser conveniente. A lo que me refiero hoy es que es ese «ser perfeccionista» en muchos casos se ha convertido en  una obsesión y en una única meta a conseguir.

No recuerdo dónde leí que la clave de la felicidad es aprender a aceptar nuestra situación, sacando el máximo provecho de aquello que nos hace sentir plenos y disfrutando de los pequeños placeres que nos otorga la vida, sin obsesionarnos por intentar controlarlo todo porque además, es «misión imposible».

Así que chicas, a disfrutar de la vida!!

Gracias a Fernando Bajo por estas maravillosas fotos.

email: fbajoalvarez@gmail.com

mono de Bershka

cartera de Teria Yabar

4 Comentarios

  1. Pilar Clínica Llambés Responder

    Un mensaje maravilloso Maria. El equilibrio entre aceptarse y exigirse en el que se mueve nuestra vida . Gracias por tu reflexión .

  2. Hola María:

    Pues la verdad es que no coincido absolutamente en nada contigo, porque aun no he encontrado a nadie que sepa definirme que es la perfección ya que es un concepto muy abstracto de unas personas a otras y difícil de definir, siempre he pensado que soy totalmente «imperfecta« y que también lo somos la mayoría de las personas ya que nadie sabe realmente que es la perfección y siempre me ha parecido bastante perdida de tiempo obstinarte en conseguir algo que realmente nadie sabe lo que es. Creo que es más impotante buscar la seguridad en uno mismo con sus imperfecciones que todos tenemos que buscar la perfección que nadie la va alcanzar afortunadamente, porque sino sería un aburrimiento todo lleno de seres perfectos, ja ja ja

    Besos

    • Yo tampoco conozco a nadie perfecto pero el hecho es que la mayoría de nosotras si la buscamos… aunque sea imposible alcanzarla y lo sepamos! Algo de culpa la tiene también la sociedad en la que vivimos.
      Eso si, estoy de acuerdo contigo en que la perfección es un poco aburrida!!
      Un beso!

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